La filosofía de trabajo de De Cero a Cien surge de la capacidad que presenta el ser humano de reencontrar su equilibrio.

 

A lo largo de mi camino como terapeuta me he dado cuenta de que los problemas que presentaban la mayor parte de los pacientes venían en muchas ocasiones dados por posturas inadecuadas mantenidas a lo largo del tiempo o patrones de movimiento mal aprendidos, o mal ejecutados. En estos casos, tenemos la opción, como terapeutas, de actuar sobre el esquema físico que presenta el paciente, pero para que se produzcan cambios a largo plazo, en la estática (postura) y en la dinámica (movimiento) de la persona, hace falta de su implicación y colaboración.

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Por ello, De Cero a Cien está en relación con el crecimiento del ser humano como persona física y psíquica, porque cuando trabajas con tu cuerpo y aprendes a conocerte, estás también indirectamente trabajando tu psique. Como la planta que echa raíces y se convierte en un árbol, tú también tienes la capacidad de crecer, evolucionar y mejorar tu calidad de vida sea cual sea tu punto de partida, y sea cual sea tu edad, desde los 0 hasta los 100 años. 

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